JUGUEMOS A... MAQUETTE

Esto genera una amplia variedad de situaciones en que será una réplica de mayor o menor tamaño de un objeto clave la que nos permitirá seguir adelante en nuestra aventura. Aunque la premisa puede parecer simple de entrada, la cosa se va tornando cada vez más complicada, alternando en situaciones que nos obligarán a rompernos la cabeza y situaciones en que daremos con la solución por puro azar, y este, para mí es uno de los puntos más cuestionables del juego. Hay momentos en que te quedas perdido, sin tener muy claro qué debes hacer o en que, simplemente, la solución no es demasiado evidente, generando una sensación de frustración, dado que no es el puzle en sí el que te está retrasando en tu avance, si no que es el propio diseño del juego el que te confunde y, francamente, en juegos de este tipo, considero básico un ritmo adecuado. Si tengo que pasar 5 minutos dando vueltas por el entorno sin saber qué hacer, aparece el agobio y, con ello, el abandono.

Eso sí, conforme avanza la historia existe una mejora constante en este ámbito y, sin llegar a tener claro si fui yo el que le “cogió el punto” o fue realmente el juego el que mejoró, la parte final del título me resultó de lo más ameno, exceptuando un punto concreto en un puzle en el que había que colocar unas piezas donde el rendimiento decreció sin motivo aparente, implicando así que pasase unos minutos de lo más frustrantes intentando colocar una pieza en el sitio que yo quería. No podría decir que arruinó mi experiencia, pero fueron unos instantes bastante decepcionantes en los que llegué a pensar que sería incapaz de colocar la dichosa pieza en su sitio.

A nivel gráfico el juego es precioso. Es un juego que utiliza una gran paleta de colores que va decreciendo y que acompaña perfectamente al tono de la historia, al igual que lo hacen las estructuras, imponentes cuando las vemos gigantes y sorprendentemente resultonas cuando las vemos en estado minimalista. Es un apartado que cumple a la perfección y que casa genial con la idea que el título concibe. Respecto al rendimiento es otro cantar, no es un título demasiado exigente, pero en momentos puntuales (drama de colocar la pieza aparte) pega unos tirones que no tienen sentido y que pueden llegar a ser molestos. He de decir que solo me paso en dos cortos tramos de la aventura, pero que rabia me dió, la verdad. Esperemos que lo arreglen con algún parche, porque me consta que no soy la única persona que se vio afectada por esto.

Pasando a comentar su historia, esta no tiene demasiada "historia", valga la redundancia. Debo decir que podría ser una historia cumplidora, sin alardes, si no fuese porque se pretende que actúe como hilo conductor del juego y, en mi opinión, no actúa como tal. Me explico: Los desarrolladores, en su página web, afirman que “En Maquette explorarás la escala de los problemas cotidianos en una historia de amor moderna, donde a veces los problemas más pequeños pueden transformarse en obstáculos insalvables” y considero que la fórmula se adecua perfectamente a la idea, con unos escenarios enormes y minúsculos a la vez, que permiten pensar que “todo es cuestión de perspectiva”, pero cuando se trata de la resolución de puzles, la perspectiva se aplica hacia objetos que no terminan de estar ligados ni con la historia ni con la idea que esta busca transmitir, como por ejemplo, llaves o piedras preciosas. Creo que habría estado bien dar una vuelta de tuerca más en ese aspecto, y potenciar la identificación del usuario con la escena, con lo que se lleva a cabo en ella y con lo que este conjunto busca transmitir. Y da cierta rabia, la verdad, más incluso que la maldita pieza que no quería colocarse en su sitio.