JUGUEMOS A... Rain on your parade

Simpática propuesta la que presenta Unbound Creations, en la que encarnaremos a una pequeña nube (Nubecita es el nombre en español, no se han matado a pensarlo) cuya finalidad es la resolución de puzles de forma más o menos “traviesa” hasta llegar al final de una historia que si bien actúa primordialmente de hilo conductor tiene guiños y palos para todos los gustos.

El juego tiene una historia simple en la que Nubecita debe salvar Seattle y está estructurado por niveles que iremos seleccionando. Generalmente es lineal, cuando terminemos un nivel se nos permitirá pasar al siguiente y solo en algunos momentos podemos decidir si tirar hacia un lado o hacia otro, cosa que al final no cambia nada, porque a lo que el título se presta es a jugarlos todos. Dentro de cada uno de estos niveles, deberemos superar diversos objetivos obligatorios para poder saltar al siguiente. También encontraremos objetivos secundarios, algunos de ellos ocultos y que solo descubriremos cuando estemos cerca de completarlos. En ese aspecto, se presta a explorar y a interactuar con todo lo que podamos, viendo cómo reacciona el entorno frente a nuestras acciones, que no son demasiadas, pero para un juego de este estilo son más que suficientes.

Nubecita tiene la habilidad inicial de hacer llover, una habilidad básica de supervivencia nubecil y en la que se basa gran parte de la jugabilidad de Rain on your parade. A lo largo de los niveles no solo haremos llover agua, también productos químicos, petróleo y alguna otra sustancia para dotar de variedad al conjunto. La capacidad de hacer llover actúa también como limitante del juego, ya que tenemos un depósito que se deberá rellenar para poder seguir lloviendo y acometer las premisas de cada nivel. En algunos de ellos, no habrá posibilidad de rellenar, y deberemos superarlos con tan solo un depósito.

También en pos de la variedad, Nubecita aprenderá habilidades a lo largo del juego, no son muchas, pero cambian la experiencia de juego y permiten un mayor despliegue de ideas originales de cara a la parte final del título. La mayoría de estas habilidades tienen usos ilimitados y además permiten generar el caos más absoluto en cada una de las pantallas, por lo que le sientan fenomenal a este juego. Por otro lado, no hablamos de un título difícil y, a mi parecer, cuánto más se avanza más sencillo se vuelve, dado que las habilidades desbloqueables están un poco desbalanceadas. No me parecería un problema de base, ya que el juego es divertido per se, pero además el equipo de desarrollo pensó en su rejugabilidad, incluyendo un modo partida + y un modo de dificultad extra, el “modo sol”, en que un sol nos perseguirá y drenará parte de nuestro depósito si nos contacta, algo especialmente molesto en algunos niveles en que este no se puede rellenar.

Volviendo de nuevo a los niveles del juego, no querría terminar este apartado sin comentar la gran variedad de situaciones que propone este juego. Para los recursos que tiene y para el repertorio de habilidades con las que cuenta Nubecita, pocas tareas son repetidas a lo largo de las 50 pantallas que tiene Rain on your parade. Además de lo variopinto de los objetivos, no encontraremos 2 escenarios iguales. Es cierto que algunos son más genéricos que otros y que algunos elementos se reciclan, pero entre los que son claros homenajes a sagas de películas o videojuegos y los que representan algún acontecimiento histórico nos podemos dar por servidxs en ese aspecto.

A este esfuerzo por la heterogeneidad del título se suman las opciones de personalización de Nubecita, a la cual le podremos poner complementos (que cambian la estética y el sonido de las animaciones), cambiar el color e incluso dibujarle el rostro que nosotrxs queramos. Además, en un punto determinado del título, en la pantalla de personalización de Nubecita se desbloqueará un nivel secreto que es un claro homenaje a una famosa saga de juegos de acción. Por último, el juego cuenta con un modo foto, que si bien es simple, cuenta con suficientes opciones para que lxs usuarixs con más imaginación le saquen punta y consigan unas buenas panorámicas.

A nivel audiovisual hablamos de un título modesto, que no busca destacar por sus gráficos pero que en ciertas situaciones cojea un pelín en ese aspecto. Los modelados que no son de Nubecita ni de ninguno de los NPCs que encontramos a lo largo de la aventura son bastante “cutres” y si acercamos la cámara en el modo foto se mostrarán de forma borrosa en pantalla, afeando la imagen. Las animaciones son casi inexistentes, todos los objetos se comportan como si fuesen bloques y, aunque la física del bloque es realista, no podemos, por ejemplo, esperar que una persona que ha resbalado en el suelo mueva los brazos de forma independiente a su tronco. La música, sin llegar a hacerse pesada, no es nada del otro mundo, cambia entre niveles pero casi siempre siguiendo un patrón muy similar. Podríamos decir que acompaña al conjunto, pero nunca lo resalta.

¿Será Rain on your parade el próximo juego del año? No. Ni tiene las mecánicas más elaboradas, ni la historia más profunda ni unos gráficos que te dejen con la boca abierta. Y a pesar de todo a mi me parece excelente dentro del género de juegos que se toman en serio a sí mismos pero no pierden la esencia de lxs creadorxs. ¿A qué me refiero? A que probablemente su equipo de desarrollo estaba formado por esas personas que terminan las presentaciones de clase con una diapo graciosa, las que siempre tienen una bromita para cada una de lxs amigxs con lxs que se van de birras y de las que siempre tienen esa malicia, esa pillería y esa “osadía” de decir cositas medio en broma medio en serio, pero con la habilidad de que (casi) nunca nadie se lo tome a mal.